Errantes en contexto

Forzados a traspasar fronteras y dejar sus hogares, miles de niños y adolescentes han sido desplazados por la crisis de Venezuela. En esta investigación se revelan hallazgos y datos que visibilizan la situación de vulnerabilidad de los pequeños migrantes venezolanos en Colombia, donde ya suman más de 450.000

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Texto:

Jonathan Gutiérrez

La migración masiva de cientos de miles de venezolanos ha multiplicado vertiginosamente la cantidad de niños, niñas y adolescentes que se marchan de manera precipitada de Venezuela hacia otros países. Salen sin documentos de identidad y en condiciones de precariedad e indefensión, lo cual los pone en una situación de alto riesgo en el país destino.

Un porcentaje relevante de migrantes que llegan a Colombia son menores de edad indocumentados, muchos acompañados por sus familias, pero otros por adultos quienes no son sus representantes legales. Algunos se encuentran en condición de refugiados, e incluso, un número considerable son niños o adolescentes no acompañados, quienes migran solos, o son hijos de migrantes en riesgo de apatridia. Otros cientos de miles son dejados atrás.

5.093.987

venezolanos han salido del país.

Representan 15,9% de la población.

Fuente: Plataforma R4V (abril 2020).

“Una de las mayores crisis de desplazamiento humano en el mundo”

Fuente: Informe Acnur (2020).

1,18 millones

son niños, niñas o adolescentes.

Representan 20% de la diáspora en el mundo

Fuente: Proyección basada en análisis de datos de informes de Acnur (2019) y Unicef (2020). Dados los sub-registros la cifra incluso podría ser mayor.

Colombia es el principal país receptor de los migrantes venezolanos. La proximidad geográfica y la extensa frontera compartida motivan a numerosas personas con necesidades urgentes que resolver a desplazarse con menores de edad al país vecino como única salida. Muchos llegan agobiados, sin recursos mínimos y en extrema necesidad de asistencia. Es una migración forzada, según la clasificación de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), debido a que es una movilidad obligada por razones de subsistencia.

¿Por qué migran los venezolanos?

  • Acceso a alimentos 88% 88%
  • Búsqueda de oportunidades laborales 87% 87%
  • Acceso a servicios de salud y/o medicamentos 58% 58%

Fuente: WPF y ONU Colombia (febrero 2020).

1.825.000

venezolanos han migrado a Colombia. Es el principal destino de este grupo migratorio.

Representan 36,7% de la diáspora.

Fuente: Migración Colombia (abril 2020).

A un escenario que ya es crítico, el impacto del brote de coronavirus, decretado pandemia global por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo, incrementa la gravedad de los riesgos a los que están expuestos los migrantes más vulnerables, en especial los menores de edad.

Más de 1,8 millones de venezolanos viven en territorio colombiano, según la última actualización de Migración Colombia. Sin embargo, la mayoría de informes y reportes oficiales sobre migración no mencionan a los niños o adolescentes venezolanos como población que se moviliza. Hay un subregistro o zona gris que invisibiliza su situación.

“Es el movimiento de población más grande en la historia reciente de América Latina”.

Eduardo Stein. Representante Especial Conjunto de ACNUR y OIM para los refugiados y migrantes venezolanos.

Más de 450.000

venezolanos en Colombia son niños, niñas o adolescentes. Una proporción más alta que en otros países receptores de migración venezolana. Representa 25%.

Fuente: Proyección con análisis de datos de Acnur y Unicef, 2019.

El movimiento de venezolanos más reciente tiene dos particularidades: una llegada muy rápida de niños, adolescentes y adultos y una proporción alta de migrantes en condiciones de pobreza (migración forzada). Este éxodo sin precedentes genera impactos sociales y culturales significativos en las comunidades receptoras colombianas, y problemas como discriminación y xenofobia acentuados por las difíciles condiciones del perfil de la infancia migrante y de sus familias.

De acuerdo con el análisis de la investigadora de la Universidad Simón Bolívar, Claudia Vargas, la emigración pasó de ser una alternativa a convertirse en una migración forzada. “Emigran para satisfacer necesidades básicas como la alimentación o ser atendidos en un hospital. La mayoría, dada la emergencia por su situación personal, lo hace por vías informales y sin documentos de identidad, lo cual los expone a mayores peligros”.

“Emigran para satisfacer necesidades básicas como la alimentación o ser atendidos en un hospital».

Claudia Vargas. Investigadora, Universidad Simón Bolívar.

5.303

venezolanos se encuentran solicitantes de condición de refugiados en Colombia.

Fuente: Acnur (marzo 2020).

Muchos toman caminos o rutas irregulares para movilizarse, por esta razón, suelen ser víctimas de robo, estafa o traficantes. Son cientos quienes llegan con escasos recursos o enfermos y tienen una necesidad inmediata de regularización, protección, refugio, alimentación y asistencia médica.

Más de un millón de venezolanos se encuentran en suelo colombiano sin algún tipo de documentación o permiso legal para permanecer. Representan 56,2% del total de migrantes, según Migración Colombia (2020), condición que los limita en sus derechos y en el acceso formal a servicios básicos. Esto los hace particularmente vulnerables a caer en redes de tramitadores de documentación falsa, e incluso en riesgo de explotación laboral o sexual.

Hogares migrantes: rechazados y en pobreza

  • Viven por debajo de la línea de pobreza 78% 78%
  • Ingresaron a Colombia a través de un cruce fronterizo irregular 63% 63%
  • Han sido víctimas de violencia económica (robo y/o estafa) 51% 51%
  • Han sido víctima de violencia psicológica (xenofobia) 30% 30%

Fuente: WPF y ONU Colombia (febrero 2020).

Además, los menores de edad que han migrado a ese país tienen muchas dificultades para regularizar su situación de inmigración y documentación, lo cual cercena su acceso a la protección social, la atención de la salud, el desarrollo en la primera infancia y la educación. Más de 258.000 niños y adolescentes venezolanos se encuentran en situación irregular en Colombia sin ningún tipo de documentos o permisos de permanencia (con datos de Unicef, 2019).

En este escenario, entre el desborde migratorio que sobrepasa las capacidades institucionales de Colombia y la carencia absoluta de una política pública migratoria efectiva del lado venezolano, estos niños y adolescentes migrantes padecen, todos los días, las consecuencias de esa indefensión. Muchos, incluso, sin estar conscientes de la vulneración de sus derechos.

Más de

55%

de niños y adolescentes migran sin papeles

Fuente: Unicef (2019).

Más de 190.000

niños venezolanos están matriculados en escuelas colombianas.

Fuente: Unicef (2019).

10.000

estudian en Cúcuta.

Fuente: Unicef (2019).

3.000

viajan desde Venezuela todos los días para ir a la escuela.

Fuente: Unicef (2019).

Más de 46%

de los niños, niñas y adolescentes venezolanos migrantes en edad escolar están fuera del sistema educativo en Colombia.

La principal causa: falta de documentos.

Fuente: WPF y ONU Colombia (febrero 2020).

Varias historias de esa población errante en Arauca, Norte de Santander, Bogotá y Caracas quedaron retratadas en este especial. En los relatos se evidencia que la situación irregular de los niños y adolescentes migrantes es consecuencia de la burocracia, la corrupción y la inacción de autoridades (nacionales y locales), así como de organismos responsables de trámites de migración, documentación y resguardo de la seguridad, tanto en Colombia como en Venezuela.

Nómadas y sin papeles

Norte de Santander

El limbo de una familia rota

Bogotá – Caracas

Durante la reportería también se pudo constatar que es más fácil y económico emigrar de Venezuela sin documentos de identidad ni permisos de viaje. Cruzar los puentes internacionales, sin algún papel de identificación, puede hacerse con facilidad pagando a los funcionarios de turno, venezolanos o colombianos, o a algún “coyote” o tramitador.

Tanto en el Norte de Santander como en Arauca se pudo evidenciar que el desconocimiento de las normas migratorias de Colombia es uno de los factores que más incide en la existencia de falsos tramitadores de documentos y de funcionarios extorsionadores. Éstos han articulado una extensa red y un próspero mercado negro que se nutre de la movilización de los venezolanos.

Red de tramitadores en Venezuela

Personas que se aprovechan de los migrantes venezolanos que viajan sin papeles y les ofrecen trámites como:

  • Obtención rápida de pasaportes para menores de edad.
  • Falsas medidas de colocación familiar o permisos de viaje para niños dejados atrás o sin la autorización de alguno de los padres legales (por ejemplo, madres o padres que quieren sacar del país a sus hijos sin tener la autorización del otro).
  • Tarjetas de Movilidad Fronteriza (TMF), solicitadas por Migración Colombia en los cruces peatonales de frontera.
  • Pasar menores de edad indocumentados por los puentes fronterizos (entre 20 y 50 dólares).
  • Pasar menores de edad indocumentados por las trochas (dos dólares por migrante).

Tramitadores en Colombia

  • Personas que cobran por pasar menores de edad indocumentados por las trochas (alrededor de dos dólares por migrante).
  • Vendedores de pasajes terrestres que permiten a menores de edad viajar por territorio colombiano y hasta otros países con terceros sin permisos legales de sus padres y sin pasaporte (cobran unos 15 dólares por tramitar una Tarjeta Andina Migratoria para que el menor de edad pueda moverse “legalmente” por Colombia).
  • Personas que ofrecen servicios para sacar todo tipo de documento en Venezuela, principalmente pasaportes o apostillas de partidas de nacimiento a menores de edad. Estos “gestores” cobran entre 50 y 150 dólares por trámites en ciudades como Bogotá.
  • Personas que cobran entre 0,50 y 2,5 dólares para tramitar el Permiso Especial de Permanencia (PEP) o la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) a menores de edad en Arauca.

Red de tramitadores en Venezuela

Personas que se aprovechan de los migrantes venezolanos que viajan sin papeles y les ofrecen trámites como:

  • Obtención rápida de pasaportes para menores de edad.
  • Falsas medidas de colocación familiar o permisos de viaje para niños dejados atrás o sin la autorización de alguno de los padres legales (por ejemplo, madres o padres que quieren sacar del país a sus hijos sin tener la autorización del otro).
  • Tarjetas de Movilidad Fronteriza (TMF), solicitadas por Migración Colombia en los cruces peatonales de frontera.
  • Pasar menores de edad indocumentados por los puentes fronterizos (entre 20 y 50 dólares).
  • Pasar menores de edad indocumentados por las trochas (dos dólares por migrante).

Tramitadores en Colombia

  • Personas que cobran por pasar menores de edad indocumentados por las trochas (alrededor de dos dólares por migrante).
  • Vendedores de pasajes terrestres que permiten a menores de edad viajar por territorio colombiano y hasta otros países con terceros sin permisos legales de sus padres y sin pasaporte (cobran unos 15 dólares por tramitar una Tarjeta Andina Migratoria para que el menor de edad pueda moverse “legalmente” por Colombia).
  • Personas que ofrecen servicios para sacar todo tipo de documento en Venezuela, principalmente pasaportes o apostillas de partidas de nacimiento a menores de edad. Estos “gestores” cobran entre 50 y 150 dólares por trámites en ciudades como Bogotá.
  • Personas que cobran entre 0,50 y 2,5 dólares para tramitar el Permiso Especial de Permanencia (PEP) o la Tarjeta de Movilidad Fronteriza (TMF) a menores de edad en Arauca.

A esto se suma, recientemente, que muchos migrantes están perdiendo el poco sustento económico por causa de la crisis del Covid-19. Viven del día a día y necesitan un salario diario para comer o pagar un techo. Esto ha causado que algunos decidan regresar a Venezuela en medio de la pandemia. Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), hasta la publicación de este especial, se contabilizaban 18.300 retornados, representan 1,01% de los migrantes en Colombia y 0,35% del total de la diáspora venezolana. La gran mayoría aún permanece en Colombia y la emergencia de salud pública agrava su ya difícil situación.

En el mes de febrero de 2020, los datos de la alcaldía de Cúcuta y Migración Colombia reflejaron que el número de retornados fue de 34.000. Sin embargo, según proyecciones basada en los datos de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes Venezolanos (R4V), durante ese mes salieron de Venezuela unas 120.000 personas. Aunque ya se registraba un flujo de retornados previo a la crisis del coronavirus, el número de salidas aún superaban los retornos.

Camino de obstáculos

Aunque unos caminos se abren con facilidad, otros se cierran. Las trabas para ser migrante regular en Colombia son muchas. Alrededor de 24.000 niños nacidos en Colombia e hijos de migrantes venezolanos se encontraban en riesgo de apatridia en 2019 debido a que se les negaba la nacionalidad por ser hijos de padres venezolanos en situación irregular.

La presidencia de Colombia aprobó la Resolución 8470 (agosto 2019), una medida administrativa temporal para demostrar y otorgar la nacionalidad de niños y niñas nacidos en Colombia que se encuentran en riesgo de apatridia. Desde ese momento, aunque se dio a entender desde el Gobierno de Colombia como un otorgamiento automático de la nacionalidad, en la práctica, la medida no ha tenido la difusión debida.

Muchos migrantes aún la desconocen. Adicionalmente, la implementación de la norma en las Registradurías colombianas implica varias exigencias, entre ellas que los padres venezolanos presenten al menos un documento como cédula de extranjería vigente, o permiso especial de permanencia vigente, o pasaporte venezolano (vigente o vencido), o cédula de identidad venezolana (vigente o vencida).

En esta cobertura se comprobó que numerosos padres con hijos en riesgo de ser apátridas no tienen documentos venezolanos o se encuentran en situación irregular, la mayoría no tiene una visa de residente en Colombia. Algunos, tal como reflejan las historias del especial, han perdido sus papeles o han sido robados. Otros no cuentan con los recursos ni la información adecuada e incluso por las muchas dudas, evitan asistir ante las autoridades por temor a una deportación. En los padres venezolanos consultados reina el desconocimiento.

Si se mantienen las tendencias, el éxodo venezolano podría llegar a

6,15

millones

a finales de 2020

Fuente: Proyección en reporte de Acnur, Unicef y ONU (abril 2020).

Aunque no existe un reporte oficial de la Registraduría Nacional de Colombia, Save The Children confirmó que 90% de los niños en riesgo ya contaban al menos con la actualización de su registro civil de nacimiento con la distinción de válido para adquirir la nacionalidad. Otra fuente informó que muchos casos que pueden optar por la nacionalidad (amparados en la Resolución 8470) aún no realizan la gestión. Este dato revela que al menos un grupo de estos hijos de migrantes venezolanos aún permanecerían en riesgo de apatridia.

Adicionalmente, una sentencia reciente de la Corte Constitucional de Colombia reconoce el derecho a la nacionalidad a hijos de migrantes venezolanos, basada en los casos de los niños Sara y Yoel, recién nacidos, a quienes se les había negado la nacionalidad colombiana. El máximo tribunal les reconoció este derecho, y ordenó garantizar lo mismo para otros niños en riesgo. Con el fallo se abre una nueva posibilidad para los hijos de la diáspora venezolana.

Se necesitan

1.350

millones

de dólares para ayudar a los migrantes de Venezuela y a los países de acogida en 2020

Fuente: Acnur y la OIM (2019).

Los protagonistas de las historias aquí reunidas —todos son migrantes en situación irregular— dejaron algo claro: desconocen los riesgos de estar sin documentos de identidad. Muchos niños nacidos en Venezuela viven en Colombia sin ser aún venezolanos legalmente, porque fueron sacados del país sin partida de nacimiento por las dificultades que hay en Venezuela para tramitar este documento.

En este camino de obstáculos y trabas burocráticas se suma la ruptura de relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, desde febrero de 2019, por lo que no hay consulados venezolanos activos ni embajada donde los migrantes puedan tramitar documentos de identidad u otro requerimiento.

Peligros transfronterizos

En Venezuela, el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), no lleva registros del número de venezolanos que emigran y no ofrece información pública al respecto. Para esta investigación se les contactó sin obtener ninguna respuesta. El Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos del Niño, Niña y Adolescentes (Idenna), organismo responsable de la protección de la infancia, declinó dar alguna declaración sobre el tema.

Hacer foco en la situación de los niños, niñas y adolescentes en un contexto de movilidad humana compleja, como la de la población desplazada de Venezuela a Colombia, permite visibilizar cuán grave es el impacto de la migración forzada en este grupo más desprotegido.

Las amenazas en zonas fronterizas son muchas. Esto quedó plasmado en las crónicas de Arauca y el Norte de Santander, regiones donde se ha registrado un incremento del reclutamiento y violencia o explotación sexual (trata de personas) de niños, niñas y adolescentes por parte de grupos irregulares armados como el ELN (Ejército de Liberación Nacional), estructuras disidentes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y organizaciones paramilitares.

En este contexto del conflicto armado, la población de mayor riesgo son los niños y adolescentes no acompañados. Otro hallazgo de esta cobertura: se verificó, con información de Acnur (2019), que más de 20.000 niños o adolescentes venezolanos traspasaron fronteras y llegaron a Colombia sin compañía.

Al cierre de 2020 se calcula en

1,9 millones

el número de niños, niñas y adolescentes migrantes venezolanos.

Fuente: Unicef (2020).

¿Por qué un niño o adolescente emprende la aventura de migrar solo? Porque en Venezuela no encuentra posibilidades, no se siente protegido, proviene de una familia fragmentada y desarticulada por la emergencia humanitaria. “Muchas veces migran solos con la esperanza de reencontrarse con alguna figura significativa de su vida que les brinde resguardo. Muchos buscan a su mamá o a su papá”, explica el psicólogo Abel Saraiba y coordinador de Cecodap (Centros Comunitarios de Aprendizaje).

Los efectos de la migración forzada no sólo se padecen en el país receptor. Puertas adentro, en Venezuela, los niños dejados atrás representan otro grupo afectado por el éxodo. Que un padre o madre tenga que dejar a sus hijos para garantizar su sustento básico es un signo de la crisis humanitaria que experimenta Venezuela.

En Venezuela ya son más de un millón los niños, niñas y adolescentes dejados atrás. Es una población desatendida: según Cecodap, menos de 12% de los niños dejados atrás o sus familias reciben apoyo para atender los efectos de la migración en sus vidas.

“Muchas veces migran solos con la esperanza de reencontrarse con alguna figura significativa de su vida que les brinde resguardo».

Abel Saraiba. Psicólogo, coordinador de Cecodap.

De acuerdo con la Convención de los Derecho de los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, no solo es migrante quien se va sino los hijos de los migrantes que quedan en el país de origen. Los migrantes menores de edad venezolanos más los hijos dejados atrás en Venezuela suman 2,1 millones de niños, niñas y adolescentes en condición de migrantes y protección de refugiados producto de la diáspora. De acuerdo con esta convención internacional tienen doble vulnerabilidad y derechos: por ser niños y por ser migrantes o dejados atrás.

La solución primaria para la infancia venezolana desplazada por la migración forzada, coinciden los expertos, comienza por integrarse en sus comunidades de acogida, y parte de este proceso se logra si tienen acceso a la educación, un derecho esencial. Pero sin documentos de identidad, permanecen excluidos y expuestos a secuelas que pueden ser imborrables. Como los rastros que dejan los niños y adolescentes errantes de estas historias.

2,1

millones

es el total de niños, niñas y adolescentes venezolanos afectados por la migración, ya sean migrantes o dejados atrás en Venezuela